La epidemia invisible

Pese a que muere más gente por voluntad propia que en la carretera, España está lejos de conseguir una solución a bajar la tasa de suicidios en la población joven, y es que se quita la vida en nuestro país una persona cada 2 horas y cuarto.

He pensado mucho sobre si escribir este post y más, si hacerlo de forma tan directa, pero me he decidido por si ayuda a alguien aunque solo sea un poco.

El ritmo acelerado de vida que llevamos, las condiciones laborales, corruptelas de políticos para desayunar, comer y merendar,  relaciones fugaces, corazones y likes  nos desorientan, nos confunden, y nos deprimen? Nos dificultan el día a día quizás de una forma nueva hasta ahora. Desde 1906, que se empezaron a recoger datos sobre el número de muertes por suicidio, no se habían elevado tanto como en la actualidad, así que pienso que el estilo de vida influye enormemente en las decisiones que pueden llevarte a una depresión profunda, y más en la gente joven. Nuestros padres y abuelos quizás no tuvieron muchas de las oportunidades o tecnologías que tenemos ahora, pero sí tenían TIEMPO. Tiempo para pensar en sí mismos, tiempo para aburrir-se, tiempo para inspirar-se, fracasar y reconstruir-se. Tiempo para pasar tiempo con el círculo íntimo…

La vorágine de información a la que entramos al “conectarnos” a la red nos aísla? Quedamos y conocemos más fácilmente a gente que nos rodea pero la desechamos por otra al instante con facilidad. Preferimos 14.567 likes o que alguien desinteresadamente nos pregunte cómo ha ido el día? Somos más frágiles que otras generaciones porque identificamos los problemas pero no tenemos agallas de pedir ayuda y tratarlos? Este tipo de frases se me vienen a la mente cuando vienen pacientes con mucha ansiedad y veo que les falta ayuda de otro modo que no les puedo proporcionar. La salud desde mi punto de vista es multifactorial y al final no se pueden tratar síntomas sin resolver causas y la salud mental domina nuestra fisiología.

Cuando se habla de salud mental se piensa en alguien “loco”, sin embargo, creo que la línea es muy fina y quizás no nos damos cuenta por ignorar-lo expresamente o poca reflexión hacia el prójimo. Tenemos que ver a alguien con depresión como una persona con una enfermedad que no le gusta ser el avatar que ha creado. Como fisioterapeuta creo más en la prevención que en la solución por eso urge facilitar la AYUDA PÚBLICA DE CALIDAD para todo el mundo y romper con estigmas a parte de un 024 que me temo que se queda muy corto… Como modulador del Sistema Nervioso Autónomo (SNA) puedes llegar a influir y modificar el estado fisiológico de un paciente para que mejore pero el Sistema Nervioso Central (SNC): lo que el paciente piensa, sus emociones, su gestión del estrés, sus traumas, etc. Ahí es más difícil llegar, además, SNA Y SNC son inseparables y el SNC va a ganar siempre provocando cambios neurobiológicos, metabólicos…

Supongo que la razón principal por la que me hice fisio y estoy escribiendo estas líneas es porque me gusta ayudar a los demás, me da igual cómo. Antes daba masajes y me llamaban masajista, ahora recomiendo algún suplemento, “crujo huesos” y hago terapias raras y me llaman osteópata. A algunos pacientes les caigo en gracia y se genera un vínculo que les ayuda en la rehabilitación. Me dan igual los medios, el fin es ayudar. Supongo que los osteópatas estamos en el limbo de las profesiones y somos un poco de todo y de nada (al menos en España), pero laboralmente me siento más feliz formándome porque siento que ayudo a más gente y más que antes. 

Al no ser psicólogo se me escapan muchas formas de ayudar a mis pacientes pero sí que es cierto que tenemos una ventaja respecto a éstos, y es que el contacto directo (skin to skin) nos abre más canales de comunicación y es que ojalá todo fuera tan sencillo como liberar el diafragma y la ansiedad desapareciera, pero me temo que es un problema que debemos abordar entre fisioterapeutas, nutricionistas, psicólogos y también médicos. 

Este post simplemente era para hacer un breve resumen de mi día a día en consulta de una manera cercana y para expresar lo que pienso como profesional de la salud. Espero que esta reflexión sirva para despertar conciencias en busca de una solución y mitigar culpas. Puede resultar desconcertante la sensación de que es demasiado tarde.